
La lucha desesperada y peligrosa de los ecologistas en Rusia para salvar un parque natural

Apenas salida del tribunal que la condenó a una multa por "desobediencia a la policía", Irina Kuriseva regresa a inspeccionar las nuevas destrucciones en un parque nacional cerca de Moscú, donde las autoridades quieren construir una autopista.
En Rusia, en un contexto de ofensiva en Ucrania y de represión de toda voz disidente, la lucha por la protección del medio ambiente se ha convertido en un asunto arriesgado.
"Las autoridades se volvieron totalmente indiferentes" a este tema y la legislación fue "flexibilizada" a favor de las empresas "contaminantes" y de los promotores inmobiliarios, señala un activista ecologista bajo condición de anonimato.
En las afueras de Moscú la construcción de edificios no disminuye, y miles de habitantes que trabajan en la capital pasan horas en los atascos.
Para mejorar el tráfico en Koroliov, ciudad de 200.000 habitantes al noreste de Moscú, las autoridades decidieron construir una nueva autopista que pasará por el parque nacional Losiny Ostrov, lo que indigna a Kuriseva, de 62 años.
A finales de julio, junto con otros cinco compañeros, se interpuso en el camino de una máquina que descargaba asfalto en el bosque. Fueron detenidos por la policía y condenados a multas, después de pasar una noche en la comisaría.
Con sus 129 km² de bosques, Losiny Ostrov —"la isla de los alces" en ruso— es refugio de unas 280 especies de animales, entre ellos ciervos, alces, jabalíes y zorros, y más de 160 especies de aves, algunas en peligro de extinción.
La ley rusa prohíbe toda construcción en los parques nacionales. Pero las autoridades encontraron una forma de sortearla, presentando el proyecto como la "reparación" de una carretera existente.
"Es una falsificación y una estafa. Nunca hubo una carretera allí", protesta Dmitri Trunine, abogado defensor del medio ambiente desde hace más de 25 años.
En realidad se trata de un camino de tierra utilizado por los guardabosques, que luego se convierte en un sendero entre los árboles.
— No involucren al presidente —
Kuriseva explica que "se descargó polvo de asfalto en ese sendero para luego demostrar que había una carretera".
La autopista debe construirse antes de marzo de 2026, según el ministerio regional de Transportes, con un presupuesto de 497 millones de rublos (5,4 millones de euros), y servirá de acceso a un nuevo complejo inmobiliario en Koroliov.
En el tribunal "la jueza sonreía", recuerda Mijaíl Rogov, ingeniero de 36 años. "Nos dijo: 'Si no quieren problemas firmen estos papeles, paguen las multas y están libres'", relata.
Esa jueza, María Loktionova, había condenado en 2023 a otro activista ecologista, Aleksandr Bajtín, a seis años de prisión por tres publicaciones en redes sociales que denunciaban la ofensiva rusa en Ucrania.
Kirill Iankov, miembro de un consejo de expertos del ministerio ruso de Transportes, cuenta haber propuesto un proyecto de carretera "alternativo" que evitaba el parque, pero fue rechazado.
En junio un millar de personas hicieron fila ante la administración presidencial en Moscú para presentar quejas contra el proyecto.
El presidente ruso Vladimir Putín había visitado Losiny Ostrov en 2010 y, mientras alimentaba con biberón a una cría de alce, afirmó en ese entonces que la naturaleza era "un regalo de Dios que debía protegerse".
Pero su discurso cambió en 2025. "Es un asunto de las autoridades regionales. No involucren al presidente", afirmó en julio el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, interrogado sobre esta carretera.
La protección de la naturaleza "no debe ser un obstáculo para el desarrollo y el confort de la vida urbana", añadió.
"Es cada vez más difícil defender la verdad en los tribunales. La 'vertical' del poder impone sus decisiones y las fuerzas del orden y los órganos de control le obedecen", lamenta Dmitri Trunine.
F.Ciambrone--INP