
Un joven ingeniero de Mozambique propone una "visión" inteligente a las personas ciegas

Cuando Armando Ernesto Chau se coloca los anteojos inteligentes que un joven estudiante mozambiqueño de robótica desarrolla, vislumbra por fin una vida afuera de su modesto hogar.
Chau prueba el prototipo creado por Joao Antonio Rego, un estudiante de 24 años de robótica e ingeniería electrónica, decidido a proporcionar a las personas con discapacidad visual en Mozambique una ayuda que vaya más allá de un simple bastón.
Desde que perdió la vista hace 20 años, este padre de familia de 45 años no volvió a trabajar y rara vez sale de su casa en Matola, cerca de la capital, Maputo.
Las gafas electrónicas de Rego —dispositivos con batería equipados con sensores que detectan obstáculos y alertan mediante vibraciones— le abren nuevas perspectivas.
"Está vibrando… son esos arbustos", explica Chau mientras hace una demostración para los reporteros de AFP del modelo Vision Hope 0.2 de Joao Antonio Rego.
"Cuando detecta obstáculos, vibra. Así que retrocedo", explica. "Ahora se detuvo. ¿Ve? Luego me avisa que hay algo de este lado… Giro y ya no hace ruido", detalla.
Similar a un visor de realidad virtual, este último prototipo es el resultado del proyecto Vision Hope, lanzado por Rego en 2021, que le valió el Premio al Joven Creativo de Mozambique en Innovación Tecnológica al año siguiente.
Entre las nuevas funcionalidades se incluye un campo de deteccion ampliado a 120º y sensores más precisos, subraya el estudiante de la universidad Eduardo Mondlane.
La batería, sujeta mediante una correa al hombro, cuenta con un sistema inteligente que ahorra energía y alerta cuando el nivel es bajo. Además dispone de un GPS integrado que permite localizar al usuario.
– Inspiración –
Rego ya trabaja en nuevas mejoras en su taller, instalado en el comedor de su casa.
"Quiero que la próxima versión tenga sensores capaces de detectar obstáculos muy finos, como cables o cuerdas", comenta. "También que el recubrimiento sea impermeable", añade.
Delgado y serio, este joven ingeniero encontró su inspiración hace algunos años cuando vio a una mujer con discapacidad visual caerse en una calle muy transitada del centro de Maputo, cuenta su madre, Helena Inacio.
"Ver a esa mujer en el suelo lo conmovió profundamente. Juró que crearía unos anteojos", relata.
Ella le preguntó: "¿Gafas para que los ciegos puedan ver?" Y él respondió: "No para que puedan orientarse".
"Pensé que era una fantasía", recuerda su madre.
Joao Antonio Rego trasladó su laboratorio fuera de su habitación para mejorar la ventilación después de que un médico le advirtiera sobre los riesgos de inhalar humo de soldadura.
"Tuve problemas de salud y, tras una radiografía, me dijeron que había manchas en mis pulmones que podrían haber sido causadas por humos químicos, como los del estaño. Fue algo temporal, pero debo tomar precauciones", señala.
– Independencia –
Joao Antonio Rego aspira a establecer alianzas para producir y distribuir sus anteojos en su país.
Chau, que perdió la vista tras enfermarse en 2005 y recibir tratamiento en el hospital, le hizo sugerencias para la próxima versión.
"Le dije que, primero, debería mejorar el sistema de detección del tráfico", comenta. También le gustaría que incorporase un sensor capaz de detectar charcos de agua estancada, muy comunes en la región.
"Y, si es posible, un medio para identificar los obstáculos detectados. Un sistema que comunique qué tipo de obstáculo hay frente a mí, si es un ser humano, un coche" insiste.
Cuando estén en producción y él pueda tener su propio par, las gafas le darán a Chau un nuevo aliento, espera su esposa, Felizarda Nhampule.
"A veces se queda en casa solo mientras yo salgo a hacer las compras. A veces quiere ir a algún sitio, pero no puede", cuenta.
"Con los anteojos podrá visitar a amigos, y en caso de emergencia buscar ayuda a casa de los vecinos", detalla sonriendo. "Estas gafas serán de gran ayuda para él y para nosotros como familia", destaca.
S.Abato--INP