
Con el asesinato de Charlie Kirk, jóvenes pro-Trump dicen perder a "un hermano"

Cuando Charlie Kirk recibió un disparo fatal en el cuello, Dave Sanchez estaba a unos metros del líder de la juventud pro-Trump. Para él, su muerte fue claramente un asesinato político.
"Todavía me dan ganas de vomitar", dijo a la AFP el estudiante de la Universidad Utah Valley, quien regresó al campus un día después del ataque.
Con la típica gorra roja trumpista de "Make America Great Again" (Hagamos a Estados Unidos Grande Otra Vez), al joven de 26 años le costaba dejar de mirar la carpa donde Kirk se instaló para su último evento de debates, en medio de un anfiteatro al aire libre.
El estudiante de contabilidad seguía al influencer y activista de derecha en Instagram desde 2021, donde lo conoció con videos virales en los que alimentaba controversias y debates, y luego se enganchó a escuchar su pódcast político todas las semanas.
"Lo vemos constantemente, así que es como si hubieran asesinado a un miembro de nuestra familia, a nuestro propio hermano", lamenta este hijo de un inmigrante peruano, cautivado por los discursos del polemista sobre "fe, familia y libertad".
"Realmente cambió el clima político en los campus estadounidenses, logrando que los jóvenes vean las ideas conservadoras de otra manera", resume este hombre que votó por Donald Trump en 2020 y 2024.
- "Mártir de la libertad de expresión" -
A los 31 años, Kirk era una figura relevante de la derecha estadounidense.
Gracias a sus millones de seguidores virtuales y a su organización juvenil Turning Point USA, con sedes en más de 800 campus estadounidenses, fue un aliado cercano del presidente Trump.
Su mantra era "combatir el adoctrinamiento de las ideas de izquierda en el ámbito académico".
Recorrió campus de todo el país para debatir con estudiantes, a menudo mucho más jóvenes que él.
Era cristiano nacionalista y férreo defensor de la familia tradicional. Se ganó numerosos enemigos que lo acusaban de homófobo, o de racista, por decir cosas como que no confiaba en un piloto negro, y de antisemitismo, al acusar a "donantes judíos" de financiar el "marxismo cultural".
Incluso en este campus de Utah, una de las regiones más conservadoras del país y cuna de la religión mormona, varios estudiantes entrevistados por la AFP consideraron sus discursos "peligrosos", al tiempo que condenaron su asesinato.
Pero en internet la historia es diferente, opina Dave Sanchez, quien publicó un video en Instagram de estudiantes rezando por Kirk inmediatamente después del ataque.
"Generó mucho cariño y reacciones positivas, pero también recibí comentarios dañinos que decían que Charlie se lo merecía", dice consternado.
"Charlie se ha convertido en un mártir de la libertad de expresión", señala Carson Caines, un estudiante de informática que dice haber forjado su conciencia política a través de sus videos.
"¿Qué palabras justifican que alguien reciba un disparo en el cuello?", pregunta.
- "Cultura de la cancelación" -
A sus 23 años, este joven mormón admite "muy enojado" que sintió ganas de "reaccionar físicamente" al enterarse de la muerte del que consideraba un "portavoz" de su generación.
Sin embargo, se niega a alimentar el ciclo de violencia.
Al final, su reacción fue unirse a las filas de Turning Point USA, organización que envió a algunos activistas en autobús a Washington para la manifestación del 6 de enero de 2021, que culminó con la invasión del Capitolio.
"Mucha gente dice que Charlie era un extremista. Pero en la derecha es una de las voces más moderadas", dice Alexander, estudiante de 23 años que teme dar su nombre completo.
"Matarlo solo empeorará las cosas y ampliará la brecha entre los estadounidenses", añade.
Antiabortista y defensor del derecho a portar armas, este mormón siente que ha tenido que autocensurarse en los últimos años con el auge de las redes sociales.
Y coincide con Trump, quien culpa a la retórica de la "izquierda radical" de la muerte de Kirk.
"La cultura de la cancelación se ha vuelto loca", afirma.
"Este asesinato es una manifestación cultural de todo lo ocurrido en los últimos diez años".
C.Albano--INP